domingo, 29 de enero de 2012

Ya es invierno.

Es un safari de plástico,
un cabaret caluroso,
una princesa inocente
que acecha a diez mil dragones.

Es una jaula entreabierta,
es un jardín congelado,
es una rosa que sabe
bien su destino
y cae por su propio peso.

Es un dolor pasajero,
una agonía excitante,
un dictador que se muere
creyéndose fiel guerrero.

Una posible victoria,
un calcetín anegado,
una mirada vacía,
una expresión silenciosa.

Es éste frío, el culpable,
es el aliento, es el aire,
es la condena impasible,
la luz del pasillo apagada.

Es la verdad que no quiero,
es la mentira que vivo,
es el placer subjetivo
que tiene creerse algo más.

Es el ovillo en las sábanas,
la risa en labios cortados,
el pelo que tiembla inerte
los cruces hablando en braille. 

¿Qué es el invierno sino una excusa a esa cara?

Es la bufanda que oculta un rostro,
es el silencio gritando a solas,
es el color de la calle,
es el carmín de los sueños.

Quizás signifique el final,
quizás es tan solo un comienzo,
quizás es el punto y a parte
que lleva a alejarme de ti.

Es la manzana más sosa,
es la tristeza salada,
es lo que quieren que sepa,
es el farol angustiado.

Es la ilusión que no llega,
es la fe que descansa.
Es creer que ya llega,
es saber que te engañas,
es así, es por ti, es invierno.