lunes, 28 de noviembre de 2011

La verdadera historia de nadie

                                                                                                         Otro tiempo vendrá distinto a éste.
                                                                                                                                                     Y alguien dirá:
                                                                                                                                                     Hablaste mal. Debiste haber contado
                                                                                                                                                     otras historias...

                                                                                                                                                                                      Ángel González


Mi historia es hoy la de un lunes color lavanda.
La de una fábula incompleta,
soñando con Thelonious Monk,
entre hojas de papel, sin alas,
copiando fórmulas, inútiles, 
que exigen ser mas no sentir. 

¿Por qué escribir sobre mis fobias,
mis filias, mi espléndida estaticidad
pudiendo ser encantador,
Decir, tan fácil, 
Quiero pétalos de ti cubrir mis sábanas,
rodear tus pechos, verte descalza,
aunar verano, tu figura, 
soñarte entera, poder dormir...?

Me acostumbré al sabor amargo,
a indiferencia hablándome vanalidades,
hoy es mañana, nunca es ahora,
ayer fue entonces, cuándo se fue.
Ya no contagio una palabra,
solo hay silencio, libros mojados,
treinta pantallas, falta de fe.

Escribir visceral será mi ruina,
pero es mi única forma de escapar.


            

domingo, 27 de noviembre de 2011

06:00 am

Pasear es también un regalo,
y más en las noches de otoño,
cuando el aliento se aleja de uno,
formando nubes grisáceas,
de nostalgia, de duda...

Ya duerme nuestro futuro,
se acuesta el sol, no los prejuicios,
no los curiosos, ni la ciudad,
y hoy quiero frío, quiero temblores.

Pues solo el silencio me arma,
solo las calles naranjas,
solo la noche de viejos cantores
diciendo "Nuestra existencia es igual".

No es lo mismo para todos...
No si te enseño estas cosas,
si te muestro mi espejo,
las cortinas de un baño anegado,
cálices llenos de furia, deseo,
unas aceras marchitas
y un poliespán cual jergón.

Gente en el cine, diez restaurantes,
pero entre medias hay odio,
miedo a morirse,
dos toxicómanas sueñan...
Qué demonios será reir...

Y es mi condena, mi Hare Krishna,
por más vivencias va todo igual,
solo hay papeles, gente que va, gente viene,
yo aun a lo mio con más bagaje,
coleccionar noviembres, en soledad.

Meditabundo y sobrio.
Preso del simposio social,
de aglutinados en plazas
buscando respuestas,
recorro los parques, el centro,
aun hay dolor de cosquillas,
viernes de nieve, plaza de españa.
Viejo amor mi Madrid.


miércoles, 23 de noviembre de 2011

Istanbul

Otra vez Noviembre, solitario,
amaga al verme enloquecido
contando anécdotas a la pared.
Callad... Que cierren la puerta,
tuve a París frente con frente
y no supe apagar mis ganas...
Mis auténticas ganas.

Y así, tan frágil, tan impotente,
tan estúpido, atávico y pérfido,
recuerdo haber perdido el juicio.
El de la suerte carmín,
la fiebre amarilla,
los amuletos violetas,
y las miradas de azul...

Porque ahora el azul me persigue,
el de mezquitas de suelo marmóreo,
del Bósforo bravo comiéndose el mar,
un cielo añil y un paraguas,
una bufanda, charcos,
olor a lavanda, miradas, idiomas,
todo eso, nada más.

Constantinopla, tierra de olvido,
acuérdate de borrar cada huella,
recuerda hacer como hiciste /cuenta nueva,
y empieza enseñando a latir.

Lo que hay que saber de la vida dijeron.

Sentimiento no suena a victoria,
ocasión no es bastante,
solo nos queda seguir.




lunes, 7 de noviembre de 2011

Evita-ndo ser

Sobriedad efímera en vasos de vodka, piel,
humedades en el techo y gritos desesperados
buscando carne con miedo a la noche eterna,
al cenit irremediable y pendenciero
que agita a los condenados
perseguidos por pecar.

Tránsfugas causales,
huérfanos de vida,
pasión inversa
maltratando al dulce estar
frente a este ser.

Hígados sin dueño,
riñones cristalizados,
mármoles, desgaste,
bailes y fuego.

Y yo, a la deriva.
Durmiendo a una sirena azul,
suavizo términos sensibles
carentes de alma,
para pescar un alborozo momentáneo.

Se atusa el pelo y brillan sus ojos,
subestimando a este cinismo universal.
Ignora que hay neutrones, tortugas o filos,
teoremas, poesía, cemento o inacción.
Paraíso desbocado ardiente y sexual,
es todo lo que importa,
manzana y pecado, placer.

Noche incompleta.
Adulación falaz.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Treinta segundos

Una gota puede encerrar todos los secretos del mar,
el cómo y porqué de las olas,
el verdadero color de las nubes
que cubren Madrid ya en la noche,
cuando los tímpanos descansan sobre suaves almohadas,
y los pocos insomnes se asoman mojándose,
esperando el escalofrío en el tuétano,
la calidez del alma.

Un aguacero puede tener respuesta a tanto porqué,
puede escribir la historia incompleta,
reunir nostalgia, dudas, esperanza y miedo,
en torno a un mismo instante, eterno y sin fin.

Por eso, yo,
Quiero saber como saben las nubes,
cómo es Madrid desde arriba.
Quiero sentir como siente la lluvia,
el suave tacto del ciprés mojado,
resbalando entre sus ramas verdes,
firmes en la tempestad.
Quiero aprender como aprenden las gotas,
que no hay más vida que una caída,
treinta segundos para volar.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Please Don't Go

Si pudieras ver tras mi mirada,
atravesar mis ojos, mi envoltura,

entenderías los cómos, cada por qué,
todas las señas, mi tonta sonrisa, los ojos rojos,
y todo este miedo a lo irreal.

Si te encontraras con lo que has perdido,
se escucharía un lamento, un grito ahogado,
como una roca en mitad del monte,
erosionándose al ponerse el Sol,
que se imagina como una estrella
firme y longeva, dictando historia,
durmiendo sueños sobre un somier.

Nunca sabrás lo que te aguardaba.
Paciente, esperando a diástole me apagaré.
Esquivo amante temiendo al frío,
cínico y pobre sentí este amor.

Mas el amor, trampa perfecta,

silencia al sátiro noviembre gris, 

cruenta vorágine, consume-tiempo,

condena humana siempre fiel.

Y es cierto,

Esperar lo inesperable es claudicarse al fin,
rememorar tiempos ficticios supone el caos.
Pero sentir el abandono, un instante, una vez,
transforma el cielo estrellado, en una borroso cristal.












Miles

Otoño, noche y cerrojo,
hoy, lo que me queda me confunde,
y lo perdido,
es un recuerdo ahogado en una trompeta de jazz caliente,
que expira un sueño turquesa,
entre humo de corazones, latiendo hasta el amanecer.


Me pregunto dónde dormiré esta noche.
La poca suerte que me arropaba,
se fugó con un donjuan que es muy probable,
la mereciera más que yo.
Y sin embargo, quisiera otra oportunidad,
quisiera empezar de nuevo,
decir Noviembre pensando en otra,
montar mi hoguera, bajo su piel.


Sí,

Los tiempos cambian, también las fieras,
los medios mueren, las metas no.
Los corazones viejos saben de jueves,
pero se pudren antes de hacerse bien.

Ya,

Soledad, susurros, jazz, cuatro letras,
refleja Luna, acuarelas viejas,
un hasta siempre, un nunca,
un lo lamento y un porqué.




miércoles, 2 de noviembre de 2011

Todo

Y entonces, bajo la lluvia ,abrir los ojos, empezar de nuevo, despertar del letargo infinito en el que todos nos vemos inmersos alguna vez durante la vida. Y entonces, comprenderlo. Comprenderlo todo, amarlo todo, odiarlo todo, llorarlo todo con ganas y gestos, sentirlo todo con miedos, con furia y con pasión. Desear el todo, abrirse todo cerrando a todos. Poder caminar, íntegro y entero sintiéndose el todo. Para entender después que no existe nada y que no existe todo. Hoy solo lluvia. Y nada más.



martes, 1 de noviembre de 2011

Tarde sin fondo


Era ya demasiado tarde,
La noche había caído y nadie más quería quedarse
Al espectáculo de un atardecer con olor a resina,
Demasiadas emociones para una primera vez,
Demasiadas palabras complejas, situaciones adversas,
Un suculento dulzor y paladares incautos.
El Sol agonizaba con el Be-bop del saxofón del pájaro enjaulado
Y nadie, nadie a diez mil kilómetros a la redonda
Parecía darse cuenta de aquel suceso.